martes, 18 de septiembre de 2007

El anciano de Yangon


Mirando fotos de mi biblioteca, esta me ha llamado la atención. Quizás ultimamente estoy un poco sensible al tema de los ancianos, pero este señor me impresionó bastante.

Estabamos en uno de los templos en Yangon, Birmania. Allí paseamos alrededor de un gran Buda, el Buda Tumbado, paseando descalzos por el frio suelo de cerámica. Cuando estabamos a punto de salir nos fijamos en un señor bastante mayor encima de una alfombra. El guía nos contó que era un adivino, y cómo no ibamos a ver si adivinaba algo. Esparció una especie de polvos de talco sobre mi palma y las líneas de mi mano pareciero resurgir sobre mi piel.

No fue lo que me dijo, que ya no lo recuerdo, fue su serenidad, la paz que me transmitió. Este hombre nada más coger mi mano me produjo una serie de sensaciones que nadie me había transmitido antes, al menos ningún extraño. No se si será por la religión, por el tipo de vida que se lleva allí...pero este anciano con 100 años aparentaba muchos años menos.

Unos años más adelanté leí el libro "El monje que vendió su Ferrari" y cuando hablaban de los sabios, yo recordaba a este hombre. Una persona llena de energía y capaz de transmitirla tan sólo con el contacto de la mano.

Es increible lo diferentes que son las personas y las distintas cosas que transmiten, en silencio, sin palabras.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Mi primera vez

Me he prometido empezar a cumplir todas las promesa que he hecho y que me he hecho. Al comenzar este blog puedo eliminar una de la lista aunque ahora añadiré el mantenerlo.


El primer pensamiento que quiero compartir es el que me inspiró esta foto. La hizo mi novio y es el abuelo de un amigo. Un abuelo como puede ser el de cualquiera de nosotros. Un abuelo que guarda en su cabeza mil y una historias, mil y un sueños, mil y un pensamiento. Pero toda esta sabiduría esta encerrada bajo llave. El alzheimer fue cerrando poco a poco el acceso a su pasado, a su vida hasta que llegó a su presente...